En unos años hemos pasado de una isla de
secano, que miraba para las nubes, las cabañuelas y el almanaque, a un
territorio que solo mira a la pantalla del móvil para saber si saldrá agua por
el grifo o si tendremos agua para regar. Hemos pasado de la cultura del trabajo
y el esfuerzo, de los alumbramientos en pozos y galerías, sorribas, canales,
estanques, etcétera, a una cultura libresca alejada del medio. Ahora queremos
que papá y mamá administración construya y remiende canales y estanques,
olvidando lo pequeño y lo local, lo que sabíamos hacer.
Antes las lluvias anunciadas en los almanaques no visitaban nuestros campos y la cosecha se perdía. Ahora ejecutamos caras obras con dinero de todos que no mejoran tampoco la situación del campo. No podemos seguir cargando nuestra geografía de obras que no sirven más que para la inauguración.