viernes, 30 de noviembre de 2018

La ganadería como elemento ambiental

En Canarias hemos hecho unas leyes que han declarado de una manera "alegre" más del 50% como espacio protegido, con distintas categorías, suspendiendo los usos tradicionales y separando el territorio de los habitantes, tema que ocurre de hecho, ante la crisis agraria, ya que más del 50% de las tierras de labor están sin gestión, tanto por los campesinos como por los supuestos nuevos gestores, administraciones públicas, etc.

Suelos sin labradores, sin pastores y sin usos tradicionales, con una supuesta protección inactiva? ganando terreno el bosque, los pinos, monte verde, terrenos de más de 130.000 hectáreas de monte?, pero también ganando terrenos los matorrales, las zarzas, el cañero, los granadillos, las tabaibas y retamas, las aulagas, etc.

Los incendios de Portugal, Galicia y California deben hacernos reflexionar sobre un campo sin campesinos llevando la gestión del mismo, no solo en una lectura ambiental, sin olvidarnos de los temas de seguridad, con especial preocupación por las zonas pobladas y los campos. Sin campesinos no retiramos leña, pinocha, madera muerta o pastos, lo que ahora llaman los ingenieros combustibles, en los largos veranos canarios.

El pastoreo es una actividad vital, para mantener un equilibrio en nuestros campos, ya que tenemos veranos secos y prolongados, lo que hace que la vegetación que se desarrolla en la estación húmeda sea un problema en los veranos, tanto por la proximidad de las zonas forestales, como, lo que es aún más grave, ante un poblamiento disperso, rodeado de hierbas y matorrales que alimentan los incendios. Veamos algunos datos: en las Islas cultivamos más de 40.000 hectáreas, ocupando la superficie no cultivada y los pastos más de 100.000 hectáreas, terrenos que demandan gestión, algo que hacíamos hace 20 o 30 años, cuando nuestro ganado apenas consumía forraje del exterior. Valga como referencia que cuando comenzamos la repoblación en Tenerife, en 1983 (en Chajuana, Archifica, Majades del Rio, Finca la Siete, Chivisaya...), nuestras cabras apenas comían maíz o alfalfa (pastos de la tierra).

Nuestros campos están cargados de adjetivos "bonitos": Parque rural, parque natural, suelo de protección paisajista, reserva de?, etc. Blablablá ¿presupuesto y gestores? Relación de hectáreas protegidas y medios para tal protección? La nueva Ley del Suelo dice que podemos mantener los usos tradicionales y la memoria de tales usos, hoy olvidados, con unos planteamientos teóricos sobre una supuesta protección, con una lectura urbana biológica, con poco tacto hacia el campo y los campesinos. Aprovechemos la oportunidad que nos presta el nuevo marco.

Los pastores y las cabras tienen una lectura poco positiva en el plano urbano ambiental. Solemos olvidar que las cabras han convivido con nuestra naturaleza a lo largo de 2.000 años, y que parte de la rica naturaleza canaria es hija y hermana de las cabras y los pastores.

Los pastores, ¿una especie en extinción? Entendemos que hemos de hacer un esfuerzo en la incorporación de pastores en nuestro campo, tanto por la labor ambiental como por su papel económico. Nos dicen los conocedores de nuestras cabras que la biología de dichos animales se altera si las criamos estabuladas, pero, además, no es menos importante, no solo por la salud de las cabras, sino también por la nuestra, ya que el queso de las cabras que se alimentan con los ricos y diversos pastos de las Islas no lo podemos comparar con lo forrajes importados que no solo nos hacen dependientes del exterior, empobreciendo tanto en la calidad como en la diversidad, tanto de nuestro ganado como de nuestros quesos.

No olvidemos que los pastores no se adquieren en la ferretería y tampoco los podemos sustituir por un robot o un dron. Leamos con cariño lo ocurrido en California, en el país más rico del mundo. El ultimo incendio duró casi 20 días y lo apagó la lluvia el 25 de noviembre, dejando un desastre humano y material, poniendo claro que la prevención es una asignatura pendiente en California y en Canarias.

La incorporación de pastores y agricultores al mundo rural es una asignatura pendiente en Canarias. ¡Sembremos pastores y agricultores! Dignifiquemos su labor y su compromiso con el campo y el futuro de esta tierra.

viernes, 23 de noviembre de 2018

La quesería de Benijos: un faro en las medianías de Tenerife

Estos días se han inaugurado unas instalaciones pioneras para el queso en Tenerife (construidas por la cooperativa La Candelaria, con la ayuda del Cabildo), obra que permite regular el mercado, así como cámaras de maduración, envasado, frío, etc. Con algo más de 800 m2, suponen un coste que supera los 700.000?, siendo una referencia al ser una empresa que produce más de 700 tm3 de queso anual. Hemos de valorar no solo la mayoría de edad de dicha cooperativa, sino también la implantación en un territorio amplio, varias islas, creando riqueza y siendo una referencia solvente en la dignificación de la ganadería, obra muy vinculada al querido Pedro Molina.

En el caso de Benijos, las cabras han limpiado de vegetación numerosos barrancos, siete u ocho mil bocas retirando zarzas, cañeras, vinagreras, hinojos, etc. Véase la diferencia entre los barrancos de La Orotava, con los de Tacoronte, Icod de los Vinos, Barlovento o Hermigua. La desaparición del pastoreo entraña un riesgo y un coste ambiental, puesto que al no haber cabras que se coman la maleza, el peligro de los incendios es más alto.

No olvidemos que hace una docena de años los ganaderos de La Orotava, el ayuntamiento y el Cabildo trataron de construir unos establos fuera de los barrancos y la burocracia y el señoritismo local lo impidieron.

Hemos de recalcar que la producción de queso en Benijos tiene que ver con ganaderos localizados en distintos puntos de las Islas, dignificando una actividad que genera riqueza y nos hace menos dependientes del exterior. También son una referencia para los ganaderos de vacas, incluso para otros ganaderos que no entregan la leche a dicha cooperativa, o la entregan parcialmente, ya que se ha creado un tejido local que dignifica y valora los productos de la tierra, como ocurre con la revalorización que se ha hecho en los últimos años del ganado autóctono (cabras, arrastre, vacas del país, matadero y carne fresca, etc.). Qué decir de la trashumancia en Gran Canaria, autorizada al reconocer los aspectos positivos en el incendio de 2017, gracias a la larga lucha de los ganaderos de Tamarán, en los casi 40 años de democracia en la piel de la isla redonda.

Este año le han dado un premio en Agrocanarias al queso de oveja de los trashumantes Caideros de Gáldar.

Aquí, después de más de 2.000 años con cabras y ovejas pastando en la piel de las Islas, no permitimos que nuestros pastores limpien entornos forestales o montes adehesados, en los que retiremos maleza con los dientes de cabras y ovejas, tanto en el Valle de La Orotava como en otros puntos de las Islas, con la única excepción de Gran Canaria.

Nos gusta el queso y queremos montes limpios, pero no queremos ni cabras, ni vacas, ni establos, como en California. Es bueno que sepamos que Trump anuncia que hay que coger el rastrillo para apagar el fuego, y que el actual incendio se apagará para final de mes, con las próximas lluvias, ya que los miles de bomberos y cientos de aviones no han podido con el mismo.

Hemos de poner recursos en cuadrillas para trabajar en los montes: limpieza, entresaca, abono para el campo, etc., pero también en un pacto con los ganaderos, incorporando los mismos a la retirada de lo que llamamos combustible en los veranos canarios, que nuestros ganaderos llaman pasto. Cada cabra demanda de 10 a 20 kilos al día, y una vaca más de 50, sólo las cabras de La Orotava retiran cada día más de 300 t, producen alimentos y generan varios cientos de puestos de trabajo, en una isla más sostenible y más solidaria campo-ciudad gracias a Pedro Molina, Agate y la Cooperativa La Candelaria. ¡Enhorabuena para el campo canario.

viernes, 16 de noviembre de 2018

California, algo más que incendios

Tiene una difícil lectura lo que está ocurriendo en California con los incendios, ya que los incendios "forestales" han quemado zonas "urbanas".

Canarias tiene muchos problemas comunes al Estado americano, veranos largos y secos, vientos del desierto (el Santa Ana en California, la calima-el siroco aquí), poblamiento disperso, expansión de las masas de vegetación, un mundo rural en crisis, expansión de las masas de vegetación, tierras en las que se han perdido los usos tradicionales (agricultura, ganadería, pastores, leñadores, actividades forestales, etc.), y, en general, una profunda crisis de la cultura rural.

California y Canarias. Allí tienen unos años de ¿adelanto? a Canarias, las urbanizaciones y las máquinas han roto con el mundo rural, tienen un supuesto culto a la naturaleza, viviendo en casas rodeadas de árboles. Las construcciones son preferentemente de madera, dada la sismicidad, y los árboles son tratados como símbolo de naturaleza. Sin embargo, existe una gestión pobre de los montes, tanto públicos como privados.

Existe también un exacerbado culto a las máquinas, estamos en el país más rico del planeta, en el que los usos tradicionales han sido borrados del mapa. No hay gestión de lo rural, se combate con drones, aviones, helicópteros, bomberos, etc. Las actividades tradicionales en el campo sólo quedan para los espaldas mojadas, que mantienen gran parte de la horticultura americana.

Máquinas separadas de la agricultura y los pastores y gestores forestales. La separación del hombre y la naturaleza es, en parte, responsable de la actual situación. En muchos casos, tenemos plantas pirófitas en las proximidades de las zonas pobladas, con una nula gestión ambiental; no se retiran pastos y leña, ni arboles propagadores de fuego.

En Canarias, tenemos pinos, brezos, cañeros, helechos, próximos a las viviendas. Tierras cultivadas hasta hace unos años, ahora son ocupadas por maleza. Valga como referencia las zonas pobladas de los barloventos de las Islas Occidentales, desde Tentiniguada al propio Barlovento. En numerosas ocasiones tenemos pueblos rodeados por monte y matorrales, con plantas con gran capacidad para propagar el fuego: pinos, brezos, zarzas, granadillos, cañeros.

California es un ejemplo de la separación de la gestión y la naturaleza, si bien los efectos del viento seco del desierto, y las pavesas y el humo, y su orografía de montaña-costa complican la vida en las zonas pobladas.

No se entiende que se quemen pueblos urbanos, como ponen de manifiesto los desalojos a los que se han visto obligados en grandes centros urbanos, actualmente cifrados en más de 300.000 personas. Entre julio y agosto se quemaron más de 300.00 ha., y las de ahora se estiman en más de 80.000 ha. Pero la peor cifra es la de víctimas, que superan las 300 personas en lo que va de año.

Maquinas e ineficiencia. Sin lugar a dudas, los norteamericanos tienen unos recursos aéreos y terrestres que en Canarias estaríamos a años luz de tenerlos. Sin embargo, sus resultados han puesto de manifiesto la dudosa eficacia de estos medios y, lo que es peor, no parece que ellos alcancen el nivel de mentalidad para entender que las máquinas tienen sus limitaciones ante la naturaleza. En este plano hemos de recurrir al saber popular, gestionando la naturaleza con teorías probadas por los humanos a base de ensayo-error. La prevención se ha de hacer contando con los campesinos, con los pastores, no entrar en una cultura de espectáculo, utilizando contra el fuego máquinas poco eficientes, como el DC-10, tirando agua de es y otros artilugios de alta tecnología.

Aquí en Canarias estamos dando pasos que imitan a los americanos, separando los operarios forestales del territorio, destinando cada año más recursos a los medios aéreos, descuidando las relaciones con los campesinos y, lo que es peor, poniendo puertas y cancelas para actividades forestales, básicas para la gestión sostenible del monte, como la entresaca, el corte de ramas, los carboneros, o la leña. Aquí y ahora, estamos importando carbón de Argentina y Cuba, y materia orgánica para la agricultura. Hemos de apoyar los usos tradicionales.

El cambio climático es un hecho, y se está agravando por la cultura urbana. No es normal que en noviembre tengamos incendios en la latitud de California, pero tampoco deberíamos tener las viviendas rodeadas de bosque y maleza, ignorando las leyes de la naturaleza, responsabilizando del fuego a los bomberos y sus máquinas.

La prevención es una asignatura pendiente, aquí y en California. Hemos de asignar recursos a la gestión del territorio (más de 130.00 ha. en nuestro caso), con tareas concretas ante los veranos canarios, con responsabilidades compartidas, tanto por las administraciones públicas como por los privados (viviendas, fincas, etc.).

sábado, 10 de noviembre de 2018

Canarias-Cuba: zarzas y marabú

Tenemos historias paralelas, no olvidemos el papel de los isleños en el campo cubano? "Si tienes marabú en el conuco, búscate un isleño, y si no, deja el conuco" (proverbio cubano).

El conuco es el territorio en torno a la vivienda en el que se producen las viandas de la familia.

No olvidemos que los isleños, con hacha en mano, derribaron los bosques de Cuba (caoba, ceiba, jagüey, cedro), para conseguir campos de cultivo, ahora cubiertos de marabú (arbusto espinoso procedente de África del sur), planta invasora en expansión sobre tierras baldías.

Ante la crisis agraria que sufre el campo cubano, Raúl Castro declara la guerra al marabú en 2014. Habían estado mirando para otro lado y, en aquel momento, se empezó a tomar conciencia. Marabú como enfermedad en el mundo rural cubano, considerando que dicha planta ocupa más del 20% de las tierras labradas, y en los cañaverales supera el 30%. Ahora se plantea motivar a los campesinos, entregándoles tierras por 20 años prorrogables, mientras que, en otros ámbitos, se proponen las hornas para fabricar carbón como bien para exportar.

Las zarzas canarias ocupan importantes espacios agrarios en el barlovento de las 5 islas más occidentales. En muchos casos están asociadas con helecheras, espinos o cañeros. Incluso ocupan zonas boscosas o de frutales.

Las zarzas han dejado de cubrir bordes de parcelas, entornos de caminos y barrancos, para cubrir amplias zonas de cultivo, hoy olvidadas por los agricultores. Aquí, la problemática que nos plantean los zarzales y las tierras balutas son los peligros para el fuego al final del verano. Los zarzales son también espacios ideales para algunos de los principales depredadores de los cultivos, como los conejos, las ratas, o los mirlos, entre otros.

Tanto en el caso de Cuba como en el de Canarias, las plantas invasoras son la resultante de una crisis agraria. Este año se ha importado a Cuba azúcar desde Francia; aquí, papas y vino de otros países, mientras los campos que antes cultivábamos, ahora forman grandes bardos. Incluso importamos carbón de marabú (¿no hay leña en Canarias?). En ambos casos, la tierra y su cultivo no generan vocación como actividad, tanto agronómica, como paisaje productivo.

En Cuba parece que el supuesto Deng Xiaoping cubano, Miguel Díaz Canel, siembra una cultura de recuperación del campo para la agricultura y el bienestar de los cubanos, reduciendo el marabú a la mínima expresión. Esta semana está en Vietnam y China, espero que aprenda.

En Canarias, la reactivación de las medianías, no sólo significa cortar con los peligros de los incendios en verano, también supondría mejorar el grado de abastecimiento haciéndonos menos dependientes del exterior. Ello requiere otra política agraria y comercial, tanto con la importación, como con el sector de la distribución en las Islas, priorizando los productos locales. Para ello es imprescindible un cambio de mentalidad a la hora de comprar por parte de nuestro pueblo.

No obstante, es de mención que aquí se están dando pequeños pasos para que nuestra cultura y nuestra economía miren hacia los productos canarios, como los acuerdos promovidos por el Gobierno de Canarias para la colaboración entre el sector hotelero y el sector agrario de las islas.

Otra cultura y otra mentalidad. Hemos de crear una escala de valores hacia la tierra, hacia el mundo rural, dignificando nuestros productos, asumiendo lo que significa menor dependencia del exterior, creando mayor estabilidad social, fijando población en nuestros pueblos, con una mayor equidad de población en todo el territorio canario, buscando equilibrio entre lo urbano y lo rural.

El proverbio chino de más de tres mil años "no les regales el pescado, enséñales a pescar", tiene máxima actualidad en estos momentos en los que la problemática de los alimentos para 7.000 millones de habitantes del planeta, unido al cambio climático y los problemas del agua, nos obligan a tener una mentalidad y una cultura asociadas al máximo respeto a los temas ambientales y sociales.

Entendemos que hemos de incorporar campesinos a las tierras ociosas, con el máximo de dignidad social y económica. El campo no es una actividad para marginales, todo lo contrario. Las tierras que ocupan el marabú y las zarzas pueden producir alimentos y bienestar para toda la humanidad.

Tengamos el máximo respeto por los que hacen los surcos, siembran y cultivan, haciendo frente a contratiempos que escapan a su control, como los huracanes en el caso de Cuba, o los temporales, lluvias torrenciales, en Canarias.

Aquí y ahora, exportar carbón de marabú importando azúcar en Cuba indica un modelo erróneo de organización económica y social.

viernes, 2 de noviembre de 2018

Canarias, Hessen y Brasil

En los últimos años nuestros estómagos nos han hecho más dependientes, si bien es verdad que, desde hace algo más de 500 años, las Islas han mirado para afuera cuando la sequía nos dejaba sin cereal para hacer gofio. Ahora celebramos el Halloween, con calabazas de importación además, ¿y cuándo plantamos en nuestros pueblos otra manera de hacer las cosas, ayudas para los que hacen surcos y siembran, dignificar el campo y los campesinos?

La lectura que se puede hacer es que las prioridades están, -sin decirlo-, en las elecciones de mayo. Incorporar con dinero público nuevos equipos de barrenderos, crear bancos de alimentos, mientras las tierras están sin cultivo en Barlovento, igual que en Yaiza, Adeje, Santa Cruz de Tenerife, La Oliva, etc.

En Barlovento, el huerto escolar está rodeado de un gran zarzal, y cuando hablamos en el Pleno de "mudos y mudas" del campo, el señor alcalde da el pleno por terminado. El campo es cosa del pasado. Tampoco se habla de la pérdida de población, ni de hacer el pueblo más habitable, de población y recursos, etc.

Cómo es posible que se vean papas arrugadas procedentes de Egipto o Israel en sitios como Icod de los Trigos o Barlovento, mientras las tierras productivas están cubiertas de zarzas, y nuestros ayuntamientos contratando campesinos como barrenderos.

Mientras, la señora Merkel dice adiós en Alemania, y Bolsonaro se hace con Brasil. Los acontecimientos de esta semana son preocupantes para Canarias. Angela Merkel ha jugado un papel importante en la UE durante la última década, y Alemania significa mucho en la economía de las Islas, aunque Hessen sea tres veces Canarias en población y territorio. La derrota del CDU en esta importante comarca ha sido la gota que rebosa el vaso, y Merkel tira la toalla.

Al mismo tiempo, no podemos olvidar la situación en el resto de Europa, la crisis migratoria, Italia, la Europa que quiere poner murallas, y la situación con los EEUU de Trump, que ahora gana un nuevo aliado, Brasil. Puertas y cerrojos, lecturas hacia dentro, proteccionismo local. Ahora, no a los acuerdos de París contra el cambio climático, veremos deforestarse más la Amazonia.

El control de la carne mundial estará ahora en manos de Trump y Bolsonaro, ya que EEUU y Brasil son los mayores productores mundiales de alimentos para el ganado, las proteínas con las que se alimentan tanto los rumiantes como las gallinas y cochinos en América, Europa y China. Más del 80% de la soja y el maíz.

Quinientos millones de personas controlan el 80% de los alimentos clave. Qué decir de los transgénicos, de los monopolios sobre las semillas, la producción de herbicidas químicos. ¿Cómo afectará esto a la salud y la distribución de recursos, a la agricultura y el medioambiente?

Agricultura orgánica frente a los transgénicos, agricultura sustentable frente a la convencional y el cambio climático, derechos humanos y salud frente a la aplicación de mano dura como solución a los problemas sociales. Separar el medioambiente de la producción, con la Amazonia y los transgénicos por el medio.

El modelo que presentan estos países es el del mercado y el dinero, el de metralletas contra el hambre y la pobreza en la frontera con México o en las favelas de Brasil, y de dominio de la naturaleza como si fuera una mercancía.