lunes, 31 de julio de 2017

Sur de Tenerife: algo más que turismo

En la historia de las Islas ha predominado la ley del péndulo, ahora la viña, ahora la cochinilla, ahora el turismo..., parece razonable no poner todos los huevos en el mismo cesto, eso lo solemos decir, sin embargo, los hechos son otros. En la actualidad, el foco que alumbra, la referencia predominante, es el turismo, tema este que no requiere debate y que tenemos que cuidar. Sin embargo, nos equivocamos si no hacemos referencia y leemos una cultura, un paisaje, un paisanaje, en un territorio cargado de dificultades para la actividad agraria, domesticado por nuestra gente con una referencia que nos enorgullece de sabiduría, esfuerzo, trabajo, para hacer productivo un territorio en el que la pluviometría y el suelo hacen que cada surco, cada frutal, sea una respuesta de un esfuerzo inteligente, de un pueblo..., las huertas de jable, Agache, Ifonche, las cuevas y canteras para su obtención de Jable de Chimiche a Vilaflor, y otros puntos aislados (Fasnia, Arico, Las Fuentes, Arafo, etc., etc.).

No ponemos en tela de juicio lo que ocurre entre Granadilla y Santiago del Teide, uno de los núcleos turísticos más importantes del Archipiélago, tema que, como ya he señalado, hemos de cuidar en dicho plano. No obstante, hemos de leer el territorio, más frecuentado por lo mismo, paisaje rural y urbano, restaurantes, entornos de las vías de comunicación, cultura y gestión del territorio. Tenemos que plantearnos cómo dignificar, valorizar y presentar a los visitantes nuestros paisajes y nuestros paisanos..., desde los eres [1], el gofio de cosco, las aulagas y los balos, los pinos de Vilaflor y las retamas, los almendros sobre lavas casi calientes, a las viñas en cepas, los cultivos de hortalizas, las galerías de agua y la cultura del agua, canales, presas, estanques, los cultivos en jable como una tecnología avanzada ante la adversidad de la naturaleza..., en una palabra, el hombre, que aquí no ha sido un elemento pasivo.

Hagamos lectura del siguiente cuadro, en el que es muy expresivo los surcos que sobreviven en el sotavento insular:

Hemos de destacar que el sotavento de Tenerife aguanta con un patrimonio de suelo cultivado importante, suelos cultivados bajo riego, siendo muy significativo el papel que juega la administración y la iniciativa privada en la gestión del agua: infraestructuras, comunidades de riego, instalaciones, prioridades en el buen funcionamiento de las mismas. Señalar que no siendo menos importante la relación de la agricultura con el entorno: mercadillos, ambientes culturales con la agricultura, ferias, encuentros, agricultura y el entorno, los productos de la tierra, la incorporación de frutales de secano a la economía local y el turismo..., almendros, higos pasados, otros cultivos en jable, como el caso de la vid, el olivo, los higos picos.

El jable como cultura que se extiende de Arafo a Ifonche, el almendro en Vilaflor y el oeste de Tenerife (Guía-Santiago). Los mercadillos y el campo. El sotavento de Tenerife: turismo, agricultura y cultura. El jable como paisaje, como gestión de recursos de Agache a Vilaflor: de los eres [1], las galerías a las desaladoras, de los pinos de Vilaflor a la barrilla, y a los campos de golf en la diversidad del sotavento tinerfeño.

Hemos de hacer una lectura que dignifique la manera de gestionar un medio cargado de dificultades, que hemos revalorizado con trabajo de una manera inteligente. En una palabra, una dignificación de un pueblo que ha luchado ante una naturaleza adversa (sorribas, jable, búsqueda de agua), y que, aún hoy, tenemos un potencial agrario importante, que hemos de cuidar, vincularlo al turismo, no solo en los mercadillos yen la alimentación de los turistas en los hoteles, sino también en fincas visitables, degustación de productos de la tierra, bodegas, o restaurantes. La agricultura no es parte del pasado, es también presente y futuro. Tenemos que creerlo con compromiso por los que hacen los surcos en la piel de esta tierra. La recuperación de los frutales abandonados (higueras, almendros, tuneras), son parte del ayer, pero también del hoy y del mañana.

martes, 18 de julio de 2017

Cambio climático o cambio cultural

Asociamos cambio climático a las emisiones de gases de los combustibles fósiles. En contadas ocasiones relacionamos el clima con una manera de vivir la relación que tenemos con el territorio que pisamos, de cómo nos alimentamos, lugar de producción, época, proximidad o lejanía, entre alimentos y consumidores, tratamientos y costes energéticos de los mismos, paisaje y producción de alimentos, eso que ahora llaman kilómetro cero..., alimentos, puestos de trabajo, medio ambiente, etc.

En Canarias hemos de asociar la alimentación con la agricultura y la ganadería, dada la precariedad del entorno, alejado de los lugares para abastecernos, pero también la relación que tienen los alimentos con las tierras labradas, con la optimización del medio, del riesgo de incendios, en el largo verano canario, tema importante en las cinco islas occidentales.

El barranco de la Chaurera como marco que hace lindero, quinientos años después. De tierras de la Mesa hasta El Rosario, tenemos un paisaje agrario menos deteriorado, ya que irrumpen con más fuerza dos cultivos que son referencia en las medianías de los secanos de Canarias... Los cultivos de papas y viña, al este de dicho barranco. Por otra parte, juega un papel importante la actividad ganadera en torno a La Laguna-Benijos, con importancia de cultivos relacionados con los mismos forrajes, maíz, cereal, pastos, aunque una parte importante del ganado estabulado. Hemos destacar en dicho paisaje los recursos humanos en la organización del paisaje de dicha comarca.

Agate, la cooperativa La Candelaria, Pedro Molina, la Asociación de bodegueros, denominación de origen, bodegas, los guachinches, la dignificación del vino y las papas del país, una cultura que ha revalorizado nuestros vinos, nuestros quesos, nuestra cocina, la vaca, basta, con identidad propia, el arrastre, la romería, las cabras como referencia con incorporación como elemento identificativo y productivo, caso de la cooperativa de Benijos con más de cien ganaderos.

Por ello campesinos, vacas, cabras, papas, vino, guachinches, romerías, arrastre, bodegas, concursos de vino, la enología y la mejora de nuestros vinos entran en una cultura básica, social y ambientalmente.

Un campo bien cuidado, valga como referencia La Victoria, modelo de paisaje cuidado en viñas, y La Laguna, municipio con la mayor cabaña ganadera de Canarias. Lamentamos los matorrales como elementos de propagación del fuego, que se extienden, sobre todo, al borde de los barrancos abandonados, barrancos de Tacoronte, El Rosario, Tigaiga, Barranco de Ruíz, etc.

Los cultivos de papa, maíz, legumbres, desde tierras de Mesa hasta Aguamansa, con pequeña zona entre La Vica, en la Matanza, y Las Rosas, en El Rosario, quedando una amplia comarca.

La comarca comprendida entre el barranco de la Chaurera y El Rosario significa más del 50% de los cultivos de papas de Tenerife y el 60 % de las viñas (Véase cuadro).

El cuidado de la viña, las papas y la reactivación de la ganadería, incluido el pastoreo en zonas forestales, cortafuegos, franjas de matorral en los bordes del monte y tierras marginales para la agricultura son medidas básicas para la seguridad de las zonas pobladas y evitar la expansión de los incendios, sobre todo en zonas pobladas al borde de los barrancos.

Tengamos como referencia que la Isla tiene algo más de 18.000 hectáreas cultivadas, superando a las tierras balutas en algo más de veinte mil hectáreas. En muchos casos están ocupada por el monte, y en otros por matorrales de zarzas, retamas, cañaveral, tabaibas, granadellos, hinojos, helechos... vegetación de gran peligro sobre todo en los últimos meses de verano.

El cambio cultural es una asignatura pendiente, la lucha contra el los incendios no es un problema, solo de la administración pública, al margen de los vecinos, los sueños que las máquinas y los bomberos apaguen el fuego y nos protegen a todos no se ajustan a la realidad, los incendios en California de los últimos años quemando zonas urbanas, cortando autopistas, en el país más rico del mundo, pone de manifiesto que la prevención es la única herramienta que conocemos, con o sin cambio climático. Las olas de calor, el viento y la vegetación seca son elementos de difícil control en cosa de horas. Está en nuestras manos la retirada de combustible que antes era pasto para el ganado. Los agricultores y ganaderos son bomberos de antes y ahora revaloricemos su trabajo, su servicio tanto en el plano ambiental como social.

Un plato de papas arrugadas y un vaso de vino del país, una vaca, una cabra, un agricultor, son parte del antes y el ahora, dignifiquemos su trabajo, su compromiso...

La degradación de la cultura rural nos empobrece social y ambientalmente. El cambio climático es parte de un módulo económico cultural hacia la naturaleza, degradando los conocimientos locales, buscando alternativas en el exterior, degradando lo local, lo nuestro. "Sembremos" agricultores y ganaderos con compromiso económico y social. Con los campesinos, el medio rural lo podemos gestionar con cultura de ayer, incorporando la tecnología como complemento a lo que hacen los campesinos, no sustituyendo al hombre del campo desde el despacho, muchas cosas del ayer son modernas hoy.

domingo, 9 de julio de 2017

Los campesinos y los peligros de los incendios

Es fundamental saber realizar una lectura del territorio adecuada. Para ello, tenemos múltiples ejemplos, como la referencia del barranco de La Chaurera, en el que, hace ya más de quinientos años, los guanches tenían claro la distribución de las actividades económicas según los suelos, asociando las coladas de lava al pastoreo. Hoy, sin embargo, el noroeste de la isla (Tenerife) sufre una crisis profunda de la actividad agraria, si exceptuamos la franja costera de la Isla baja y la platanera por, en parte, no haber sabido sacar partido de las posibilidades que nos da cada territorio. Los siete municipios del N.W. se encuentran en una situación seria, de enorme dificultad, ya que los cultivos de secano, frutales y cereal, han entrado casi en su extinción. Misma situación se reproduce en la ganadería, con pérdidas significativas en ganado de carne y leche.

La crisis de la agricultura ha generado la expansión de matorrales de zarzas, helecheras, hinojos, granadillos, tabaibas, rabo de gato... El poblamiento disperso, la ocupación de la población por zonas "sorribadas", entre las lenguas de las coladas ocupadas por pinar, brezal, jaral, hasta puntos bajos, hace que los peligros para la defensa de los caseríos se complique, al quedar rodeados tanto por el monte, como por los matorrales, que han crecido en las huertas de cultivo, hoy colonizadas, por plantas de gran capacidad para propagar fuego (zarzas, granadillos, heleheras, hinojos, tabaibas,...) En el territorio quedaron sin cubrir por las lavas (Teide - Pico Viejo- Chinyero - Montañas Negra) unos amplios espacios: Topete, Serico Gordo, con suelos más fértiles, sin apenas malpaís. Sin embargo, hoy se encuentran con el mismo panorama sombrío. El problema se repite en Fuente La Vega, San José de los Llanos, San Francisco de la Montañeta, Erjos, Ruigomez,...saltando también al Valle del Palmar, que hoy es campo de zarzas, hinojos y tabaibas. Valga como referencia el siguiente cuadro recién publicado:

                                        TIERRAS CULTIVADAS            ABANDONADAS

SAN JUAN DE LA RAMBLA           359 Has                            240 Has

LA GUANCHA                             280 Has                            210 Has

ICOD DE LOS VINOS                  657 Has                            950 Has

GARACHICO                              280 Has                            210 Has

EL TANQUE                                111 Has                           556 Has

LOS SILOS                                 504 Has                           200 Has

BUENAVISTA DEL NORTE             474 Has                           890 Has

COMARCA                                2665 Has                          3256 Has

Sirvan dichas referencias como lectura de la urgencia de tomar medidas por la seguridad y prevención de incendios, dado el volumen de combustible que tenemos en amplias zonas pobladas, ante los largos veranos canarios, en los que demandamos auxilios de las administraciones y los vecinos para la retirada y limpieza en las proximidades de las viviendas así como, en las proximidades de las vías de comunicación.

El último bando municipal, conocido, exigiendo a los vecinos la limpieza de entorno de las zonas pobladas, lo estableció D. Manuel Reyes en San Juan de La Rambla. Medida responsable, que hoy tendría una comarca con menos peligros o con menos problemas ante los incendios. Es urgente una movilización que actúe en la prevención, pero también otra política agraria y ganadera que incorpore población a la actividad. Sobre todo es clave, en la zona alta, ya que la Isla Baja mantiene un paisaje cuidado, siendo Los Silos, un ejemplo, si bien, en la Juncia y Erjos, se sufre el problema de crisis en toda la comarca.

Es urgente la actuación entre la fuente de La Guancha y Ruigomez, especialmente, en los entornos de los caseríos, dadas la características del fuego con tiempo sur y sureste. Es fundamental la limpieza en todos los pueblos, sobre todo, de la vertiente del naciente. Se requiere este compromiso, tanto por aspectos sociales y de seguridad, como por cuestiones ambientales. Estamos a tiempo, actuemos.

domingo, 2 de julio de 2017

El CETA y los/as chaureros/as. De las chaureras a los helicópteros

Estos días se ha abierto un debate político sobre las declaraciones de Pedro Sánchez y supuestos cambios en la economía española. Aunque Canadá significa el 0,25 del PIB en el comercio con España, aquí y ahora las importaciones han estrangulado una parte significativa de la economía... Así, las importaciones de productos cárnicos y lácteos sin arancel han creado serios problemas a los ganaderos y de manera colateral al medio rural, al poblamiento y, por supuesto, a la seguridad de nuestros pueblos (campos cubiertos de pastos y maleza -una vaca come entre 30 y 50 kilos y una cabra en torno a los 8 o 10 kilos-).

Vacunos: las importaciones de productos cárnicos significan solo en vacuno más de cien mil reses al año. Si relacionamos los pastos que demanda cada vacuno, significa entre 15 y 20 tm3. Podemos leer el impacto en la piel del territorio: no digamos las tres o cuatro toneladas que demanda una cabra al año, tema básico en la limpieza de nuestro campos, lo cual supone la creación de puestos de trabajo y menor dependencia del exterior, generando también seguridad en los caseríos y menor peligro para nuestros montes.

De las chaureras a los helicópteros .- En la toponimia de Tenerife está el barranco de la Chaurera (según parece, era la que distribuía los pastos entre guanches). El barranco está situado al borde de las lavas del Teide -Pico Viejo-; hacia el naciente están las tierras sin apenas piedras, lo que ahora llamamos tierras de pan de sembrar (Tierras de Mesa en Icod de los Trigos) y hacia el poniente los malpaíses donde dominaba la zona de pasta. Ahora nos hablan de cambio climático, de peligro de incendios, de problemas con el agua... Olvidamos una cultura que gestionó el territorio en la que el pasto era para el ganado; ahora es combustible para el fuego, con el consiguiente riesgo para la población. Nos decía D. Benito Fraga, guarda forestal de los años cincuenta, cómo entraban en Las Cañadas desde Los Realejos (Casa del Queso) más de 5.000 cabras en los veranos o cómo funcionó una era en Boca Tauce, próxima a la casa de D. Juan Évora...

El hambre no es buen aliado del medio ambiente..., pero ahora hemos olvidado otra lectura: la que hacía el veterinario de la Isla Baja D. Pedro López Sumer, o la que hacía D. Domingo Romero sobre el Valle del Palmar o D. Antonio Mesa (marchante).

D. Pedro daba solo para la Isla Baja 4.600 vacas de raza basta; el señor Romero y Antonio Mesa situaban en el Valle del Palmar más de 1.000 vacas, que eran complementarias de la agricultura y que demandaban no solo pasto, sino cama y, en consecuencia, retiraban la pinocha de los montes... Qué decir de los campos sembrados, con cultivos, con rotación, bien a dos o tres hojas... Cereal, legumbres, manchón, papas...

Ahora aquí tenemos barreras a las labores por supuesta protección ambiental. Pero lo más grave son las importaciones sin arancel, alegando el abaratamiento de la cesta de la compra, y lo peor es que en los pueblos predominen las grandes superficies con productos importados. Por no tener, no tenemos ni gangocheros, papas a 0,40/kilo o las vendemos sin precio para el agricultor, agravada la situación por la polilla guatemalteca.

La lucha contra el fuego no la resolvemos con medios solo mecánicos, necesitamos estímulos para labrar y cultivar el campo; los temas ambientales no pueden estar separados de los agrarios y los sociales. El pastoreo, la actividad agraria y ganadera puede y debe tener estímulos sociales y económicos, con precios mínimos garantizados y con freno a las importaciones. El supuesto (CETA) para Canarias puede ser una herramienta básica y necesaria para esta tierra. Hay que penalizar las tierras de cultivo sin surcos, sin campesinos, creando estímulos para que rompan con la alergia al sacho. Necesitamos otras lecturas del campo, que dignifique tanto en lo económico como en lo social el trabajo y la defensa de lo rural, lo nuestro...

Las importaciones han de contar con los productores en una sociedad más solidaria, en la que la chaurera de ahora debe controlar las importaciones, pero también estimulando a los que hacen surcos aquí y ahora.